Cada vez son más las mujeres que tienen implantes mamarios no solo por razones estéticas sino como parte de la reconstrucción de un tratamiento por cáncer de mama.

Las prótesis de mamas han ido evolucionando con el tiempo con la intención de alargar su duración y evitar la rotura por desgaste que obliga al recambio.

Se aconseja el control del implante una vez al año como mínimo; mediante la exploración física y la ecografía mamaria en alta resolución realizada por expertos.

A los 5 años es aconsejable realizar una resonancia magnética mamaria para ver el estado de las prótesis.

En la primera revisión se realizará una exploración física y una ecografía mamaria en alta resolución.

Esta exploración se puede complementar con otras pruebas de imagen necesarias para la correcta evaluación de la glándula mamaria además del implante.

Dependiendo de la edad de la paciente y del tiempo transcurrido desde la intervención se podrá realizar Mamografía Ecografía y/o Resonancia Magnética.

En el caso del aumento mamario con grasa autóloga conviene detectar posibles quistes oleosos o calcificaciones benignas posteriores al procedimiento; a fin de documentar claramente la aparición de estas imágenes y así evitar confusiones en el futuro con otro tipo de lesiones.

Se recomienda un control mamográfico estricto los primeros años que consiste en:
• Mamografía entre los 9 y 12 meses posteriores a la intervención quirúrgica.
• Seguimiento con ecografía cada 6 meses durante 2 años.